https://doi.org/10.61286/e-rms.v1i.43   

Ensayo

 

Decolonialismo e identidad cultural en América Latina: Herencia Bio-Psico-Social

Decolonialism and cultural identity in Latin America: Bio-Psycho-Social Inheritance

 

Sequera Roa Francisca Marisol  

 

Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela.

Resumen

Desde la llegada del colonialismo en América, este se apuntaba a imponer una nueva identidad a los habitantes nativos, hecho que afectó a todos los ámbitos de vida de los pueblos indígenas. El presente estudio, tiene como propósito demostrar que el sistema de relaciones desarrollado en esta lucha de los pueblos originarios, mantiene un legado que sigue influyendo en la identidad cultural de los pueblos latinoamericanos hasta la actualidad. Se trata de un estudio de tipo documental, tomando como ejemplo la existencia en Venezuela de una carga Psicopática, cómo posible resultado de esa herencia impuesta desde la época colonial. La revisión teórica de varios autores hacen referencia que a esta carga Psicopática heredada, se expresa en hechos como: homicidios y otros tipos de violencia,  además de algunos problemas evidenciados en la vida social cotidiana. Los resultados del análisis documental compartido, asume que esta carga de agresividad pudo ser  heredada de conflictos generados desde los primeros conquistadores españoles. Sin embargo, otros autores señalan que las guerras de independencia, rompieron con la continuidad de nuestra Identidad. Para finalizar se reflexiona, sobre iniciar un cambio de actitud desde la relación colonial/modernidad y afianzar la actitud hacia lo decolonial, lo que amerita abandonar y alejarse de esa catástrofe social que profundiza en el comportamiento no-humano y justamente  dar un giro hacia la restauración de lo subjetivo y material de índole humano.

Palabras clave: América Latina, Decolonialidad, Identidad Cultural.

Abstract

Since the arrival of colonialism in America, it aimed to impose a new identity on the native inhabitants, a fact that affected all areas of life of the indigenous peoples. The purpose of this study is to demonstrate that the system of relationships developed in this struggle of the native peoples maintains a legacy that continues to influence the cultural identity of the Latin American peoples to this day. This is a documentary-type study, taking as an example the existence in Venezuela of a Psychopathic load, as a possible result of that inheritance imposed since colonial times. The theoretical review of several authors makes reference to this inherited psychopathic burden, which is expressed in events such as: homicides and other types of violence, in addition to some problems evident in daily social life. The results of the shared documentary analysis assume that this load of aggressiveness could have been inherited from conflicts generated from the first Spanish conquerors. However, other authors point out that the wars of independence broke with the continuity of our Identity. Finally, we reflect on initiating a change of attitude from the colonial/modernity relationship and strengthening the attitude towards the decolonial, which warrants abandoning and moving away from that social catastrophe that delves into non-human behavior and precisely taking a turn towards restoration of the subjective and material human nature.

Keywords: Latin America, Decoloniality, Cultural Identity.

 

Recibido/Received

15-10-2023

Aprobado/Approved

27-12-2023

Publicado/Published

30-12-2023

 

Introducción

Los temas relacionados a las concepciones de colonialismo e identidad cultural en América Latina, son fenómenos que se encuentran entrelazados desde la llegada de los españoles. De este modo ambas categorías, permanecieron desarrollándose estrechamente, incluso en épocas posteriores, pues el legado del colonialismo sigue influyendo en la identidad cultural de los pueblos americanos hasta en la actualidad.

La forma como nos expresamos y comportamos corresponde a nuestra subjetividad e identidad y puede ser la expresión de esa herencia, que nos fue impuesta durante la etapa de colonialismo y que se mantiene hoy día. Por una parte, algunos teóricos manifiestan que los conceptos de inferioridad, interiorizados desde esas primeras épocas coloniales, así como la agresión y violencia que algunas veces expresamos, también pudo ser transmitida de manera biológica, a partir de  un proceso de mestizaje , y cuyas consecuencias siguen en estudio.

En América Latina existe una larga tradición de interés en la cuestión de la identidad nacional de mano de historiadores, filósofos, politólogos y todo tipo de pensadores y escritores, trabajando en todos los diferentes países del continente. Los psicólogos y sociólogos sociales también se han introducido más recientemente en el tema.

El presente estudio realiza un recorrido teórico por el reconocimiento de las principales concepciones asociadas a identidad y nación, para luego adentrarse en ideas como las del discurso decolonial de Anibal Quijano y las investigaciones realizadas por Herrera Luque, Ángel Bernardo Viso, Nelson Maldonado Torres, entre otros, teóricos de importancia que interpretan el comportamiento actual de la sociedad nacional , como referencia a la identidad latinoamericana, producto de un proceso alienante y colonizador, que debe ser abordado de forma multidisciplinaria para reflexionar sobre los cambios que amerita la sociedad actual.

Definiendo conceptos a través de investigadores sociales conocedores de este tema

Antes de hablar directamente de identidad nacional y regional, tanto en la República Bolivariana de Venezuela como en América Latina, es importante aclarar que se entiende por identidad y nación. De acuerdo con estos términos, sus acepciones deben ser ampliamente discutidas y problematizadas, además de ser vistas y definidas desde diferentes perspectivas, ya sea de índole personal, familiar, social y nacional.

En cuanto a la idea de nación, se le conocen múltiples definiciones a través de la historia, así como también de las ciencias sociales. Entre las conceptualizaciones más comunes se pueden mencionar los aspectos políticos del poder potencial o real de un grupo o comunidad. En este orden de ideas, otras definiciones solo toman en consideración los elementos de nacimiento o ascendencia común (real o adquirida). Lo más común es considerar a nación como un término político y de hecho la gran mayoría de los estudios sobre identidad nacional lo toman con ese sentido, como ejemplo se puede mencionar la noción de “Nación Latinoamericana”, como un término para designar las comunidades de latinos.

 Algunos estudiosos de este fenómeno sobre nación y nacionalismo lo orientan también a expresiones de solidaridad social. Ejemplo: Fishman (1972), trata de clarificar la situación al diferenciar entre nación, que se refiere a la adquisición, mantenimiento y desarrollo de un territorio políticamente independiente, y nacionalismo que se refiere a la solidaridad etnocultural. Existe una tendencia que se basa más en el punto de vista privilegiado en las diversas disciplinas que estudian el fenómeno. Como investigadores sociales, la tendencia es por supuesto concentrarse en los aspectos socio–psicológicos relacionados con la nación, la solidaridad nacional que viene de poseer una identidad nacional.

El termino identidad también es de difícil definición. En su uso filosófico puro implica “ser único”: el hecho de ser igual a uno mismo, y a nada más. A partir de este concepto básico de definición de una entidad en base a similitud y diferencia, es fácil extender la idea de identidad para cubrir la pertenencia a una categoría. Esta categoría puede ser natural o social, definida externamente o consensualmente, o incluso algo subjetivo experimentado individualmente (Salazar, 1986).

Ahora bien, estas definiciones nos brindan un sustento del modo en que la sociedad viene concibiendo nuestro ser  y o relaciona con su mundo de vida, continuando con las definiciones de identidad nacional, Montero  (1977) la concibe como:

Es el conjunto de significaciones y representaciones relativamente permanentes a través del tiempo, que permiten a los miembros de un grupo social, que comparten una historia y un territorio en común, así como otros elementos socioculturales, tales como un lenguaje, una religión, costumbres e instituciones sociales, es decir reconocerse como relacionados los unos con los otros biográficamente (p.76).

De la conceptualización,  se observa claramente que el compartir elementos sociales y culturales le ofrece al individuo, sentirse como parte de un grupo social y se incorpora a su identidad nacional, pero estas características compartidas que los identifica como nacionales no son de forma permanente, estas son cambiantes al igual que las identidades ya que responden a una dinámica cambiante que responde a exigencias históricas y ambientales que se dan en un tiempo y espacio determinados.

Otra definición más flexible es la de Morris (1995): “Un sentido de pertenencia a una nación, que puede o no tener su propio territorio autonomía política. La condición de la nación estado, territorial, dominante, dominada, colonizada entre otros es un factor en la forma en que la identidad nacional se experimenta y manifiesta (pág. 14). De tal manera, se observa claramente la importancia del sentimiento de pertenencia de las personas a su grupo nacional, por encima de su condición política o geográfica. Sin embargo, Morris define estas condiciones con una gran importancia como factores que influyen notoriamente en las formas en que se manifiestan y se vive la identidad Nacional.

Es importante mencionar, que la globalización tal como existe en la actualidad desencadena gran diversidad de procesos, de los cuales algunos llevan a la exclusión de una parte de la población o de pueblos enteros, mientras que otros, por el contrario, son procesos de inclusión. Estos, a su vez, frecuentemente están acompañados por la nivelación de diferencias culturales, privando a los grupos afectados de su identidad, como lo señala Gareis (2005 a).

La potencia colonizadora no sólo ocupa territorio ajeno y lo cultiva, sino que lleva e impone su propia cultura y civilización, incluyendo la lengua, religión y las leyes. Si bien es cierto que hubo ya muchas olas de colonización antes de la Conquista del continente americano incluso en contextos no-europeos, esta colonización moderna, a partir del siglo XVI, ha formado el paradigma de lo que viene a ser el occidentocentrismo y la asimetría persistente entre el mundo colonizador (llamado también “Primer Mundo”) y el mundo colonizado (“Tercer Mundo”), entre Norte y Sur, América y Europa.

El término colonialismo comprende las diversas formas que el fenómeno ha tomado en la época moderna, desde finales del siglo XV hasta la actualidad. Los poderes coloniales que ejercieron más influencia durante esta Época en Latinoamérica fueron los españoles y portugueses, y en menor grado los holandeses, franceses e ingleses los que vinieron más tarde para arrebatar posesiones a los poderes coloniales que llegaron en las primeras épocas de la conquista (Osterhammel, 1997: 14-15, 34-36; Reinhard,  1996: 2-3).

El colonialismo ejercido por los españoles tocaba a los habitantes de las tierras colonizadas más directamente que el sistema portugués, ya que fundaron ciudades, trataron de penetrar y ocupar el país y se dedicaron a gobernar los pueblos nativos, pero tanto los españoles como los portugueses entregaron títulos jurídicos que permitía la expansión colonial, las cuales entregaron a dichas naciones los derechos de subyugar pueblos paganos con el fin de evangelizarlos (Pietschmann, 1980: 30-31).

Es decir, el fundamento ideológico del colonialismo fue y continuó siendo el memoricidio es decir borrar tanto la historia como la religión de la población de colonizados. Esta pretensión reflejaba la base ideológica de todas las formas de colonialismo, que es la presunta inferioridad del otro. También se debe recordar que las guerras de independencia lograron poner fin al colonialismo español, pero no a otras formas de colonialismo como el colonialismo interno, el imperialismo o ciertas formas de globalización (Hall, 2003: 186).

¿Al preguntamos cómo reaccionaron los pueblos de los diferentes territorios de América a las medidas colonizadoras, que fueron poco a poco transformando la identidad de todos los sujetos en ese momento histórico? Posiblemente encontraríamos tantas actitudes diferentes como pueblos existentes.  Es muy lamentable pensar que muchos de los pueblos indígenas no tuvieron tiempo para reaccionar, ya que fueron prácticamente extinguidos físicamente o como entidad cultural antes de poder encontrar una respuesta a la agresión de que fueron objeto por los colonizadores (Hill, 1996: 4-5, 7, 14-16).

Se puede dilucidar que América Latina es producto del colonialismo europeo y que las identidades latinoamericanas son, por lo tanto, el resultado de la búsqueda de expansión colonial y de los procesos desatados por el encuentro de diferentes culturas e identidades. Pero los diferentes pueblos conquistados fueron de pronto unificados en un solo grupo de colonizados sin respetar su descendencia, rol que ocupaban dentro de su grupo étnico, ni jerarquía, solo fueron obligados a olvidarse de sí mismos y aprender las nuevas enseñanzas religiosas es decir la religión cristiana y hablar el idioma de los conquistadores.

Al respecto, Millones (1992), nos señala, “dentro del sistema colonial español los integrantes de diferentes grupos étnicos con identidad cultural propia, fueron de pronto convertidos en una masa de indios”(p22). Y como también menciona Gareis (2005 b); “En cambio, en el sistema colonial español, los indígenas fueron convertidos en tributarios, transformando los individuos a meras cifras, despojándolos de su individualidad, ya fuera como persona o como integrante de un grupo étnico/cultural”(p.126).La imposición colonial llegó a despersonalizar todo grupo sometido y  borrar su herencia cultural.

 

Explorando Profundidades: Un análisis del discurso de Aníbal Quijano

En las ideas que profundizan sobre la temática en estudio, de Aníbal Quijano (2014) nos conduce con un excelente discurso que encontramos en sus numerosos trabajos de investigación sobre colonialidad/decolonialidad. En “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, al conocimiento de la profunda influencia negativa trasmitida por los colonizadores a los colonizados influyendo ampliamente en su conducta/subjetividad e identidad.

En América que se constituyó como el primer espacio y tiempo de un nuevo patrón de poder mundial, se establecieron dos ejes fundamentales del nuevo patrón de poder. Por una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de inferioridad respecto de los otros (Quijano, 2014; 778).

La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América. Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos. La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea produjo en América identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos, y redefinió otras (Quijano; 2014; 778).

De tal manera, en América, la idea de raza fue un modo de otorgar legitimidad a las relaciones de dominación impuestas por la conquista. Históricamente, eso significó una nueva manera de legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de relaciones de superioridad / inferioridad entre dominados y dominantes. Quijano (2014: 779), realmente este fue el más eficaz y perdurable instrumento de dominación social universal, los pueblos conquistados y dominados se les designo una posición natural de inferioridad y, en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así como sus descubrimientos mentales y culturales. A través de esa definición de la raza, se utilizó como criterio fundamental para la distribución de la población mundial en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder de la nueva sociedad.

El hecho es que ya desde el comienzo mismo de América, los futuros europeos asociaron el trabajo no pagado o no-asalariado con las razas dominadas, porque eran razas inferiores. El vasto genocidio de los indios en las primeras décadas de la colonización no fue causado principalmente por la violencia de la conquista, ni por las enfermedades que los conquistadores portaban, sino porque tales indios fueron usados como mano de obra desechable, forzados a trabajar hasta morir (Quijano ,2014; 783).

De tal manera, no es muy difícil encontrar, hoy mismo, esa actitud extendida entre los terratenientes blancos de cualquier lugar del mundo. En otros términos, por separado de la colonialidad del poder capitalista mundial. El control del trabajo en el nuevo patrón de poder mundial se constituyó, así, articulando todas las formas históricas de control del trabajo en torno de la relación capital-trabajo asalariado, y de ese modo bajo el dominio de ésta. Pero dicha articulación fue constitutivamente colonial, pues se fundó, primero, en la adscripción de todas las formas de trabajo no pagadas a las razas colonizadas, originalmente indios, negros y de modo más complejo, los mestizos en América y, más tarde, a las demás razas colonizadas en el resto del mundo (Quijano,2014: 785).

La asociación entre los fenómenos, de etnocentrismo colonial y la clasificación racial universal, ayuda a explicar por qué los europeos llegaron a sentirse no sólo superiores a todos los demás pueblos del mundo, sino, en particular, naturalmente superiores. De este modo se explica la creación de un eurocentrismo como perspectiva hegemónica de conocimiento y de la versión eurocéntrica de la modernidad en el dualismo como raza dominante e historia de poder y como la culminación de la trayectoria civilizatoria que los ubicaba como los modernos de la humanidad y no solo que lo pensaban y sentían, sino que lo trasmitieron y difundieron de forma hegemónica.

La experiencia histórica aplicada de manera específica a Latinoamérica, la perspectiva eurocéntrica de conocimiento opera como un espejo que distorsiona lo que refleja. Es decir, la imagen que encontramos en ese espejo no es del todo quimérica, ya que poseemos tantos y tan importantes rasgos históricos europeos en tantos aspectos, materiales e intersubjetivos. Pero, al mismo tiempo, somos tan profundamente distintos. De ahí que cuando miramos a nuestro espejo eurocéntrico, la imagen que vemos sea necesariamente parcial y distorsionada. De esa manera seguimos siendo lo que no somos. Y como resultado no podemos nunca identificar nuestros verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, a no ser de una manera parcial y distorsionada (Quijano, 2014; 795).

Y es , en este punto crucial donde tenemos tantas dudas, no encontramos saber cuál es realmente  nuestra propia identidad, cual es nuestra manera más legitima de ser, de pensar y de sentir, que hemos heredado a través de los cientos de años que han transcurrido desde la colonización hasta nuestros días, si bien es cierto que fue a través del mestizaje que obtuvimos diferentes genes que nos dan rasgos físicos fenotípicos diferentes pero también pudimos haber heredado genotipos internos bueno y malos, que nos han dado según algunos trabajos de investigación social esos rasgos de conducto agresiva y violenta.

La estructura de poder fue y aún sigue estando organizada sobre y alrededor del eje colonial. La construcción de la nación y sobre todo del Estado-nación han sido conceptualizadas y trabajadas en contra de la mayoría de la población, en este caso, de los indios, negros y mestizos. La colonialidad del poder aún ejerce su dominio, en la mayor parte de América Latina, en contra de la democracia, la ciudadanía, la nación y el Estado nación moderno (Quijano,2014: 817).

Hay que destacar, que Aníbal Quijano ha tenido la osadía intelectual y moral suficiente como para desafiar al hegemónico pensamiento eurocéntrico y llevar adelante una verdadera revolución epistemológica cuyo eje central ha sido el cuestionamiento al poder. Consideraba que de otra forma no es posible conocer realmente el mundo histórico-social en la medida en que todo conocimiento crítico implica una lucha por su transformación en el mismo proceso del estudio de esa realidad. Desde la periferia del patrón de poder colonial/moderno propuso categorías y conceptos que permiten “liberar nuestra visión histórica de la prisión eurocentrista”

 

La colonialidad implico una transformación del poder, del conocimiento y del ser y se asume como una colonialidad de estas tres premisas

 

                La Identidad es un tópico que siempre llama la atención de múltiples pensadores a  la hora de su definición este tema es desarrollado desde diferentes perspectivas, históricas, políticas, sociológicas, o apenas referencias ensayísticas, para la construcción psicosocial de la identidad nacional y regional del sujeto se deben tomar en consideración  las contribuciones que han aportado diferentes autores entre ellas, se pueden mencionar; por ejemplo a Francisco Herrera Luque, quien hace muchas referencias de la carga psicopática que nos transmitieron  los conquistadores españoles en su texto: Viajeros de Indias.

“La Existencia en Venezuela de una carga Psicopática, esto es de personalidades emocionalmente perturbadas, que tienden a estar fácilmente en conflicto consigo mismo y con los demás”.

En este tema, Herrera Luque (1979) hace referencia que a esta carga Psicopática heredada le debemos la gran cantidad de homicidios y hechos de sangre además algunos problemas que afrontamos en nuestra vida social y que tiene su origen por esta carga de agresividad heredada de los primeros conquistadores españoles del siglo XXVI y XVII. Estas referencias pueden ser completamente ciertas si se recuerda que muchos de estos conquistadores fueron sujetos indeseables socialmente y muchos de ellos cumplían hasta cárcel y se les ofreció la oportunidad de obtener su libertad aceptando realizar el viaje hacia la conquista de nuevos territorios con un futuro realmente incierto.

Luego,  Viso (1982), señala que las guerras de independencia rompieron con la continuidad de nuestra Identidad, con todas sus consecuencias, la mayoría de ellas negativas, quedando finalmente los venezolanos en búsqueda de una república y sobre todo de una Identidad Nacional.

Al respecto, Juan Ginés de Sepúlveda, (1532) en varios registros históricos, entre ellos los de Zúñiga (2007), señala  Después de “haber descubierto a un indio salvaje, sin ley ni régimen político, errante por la selva y más próximo a las bestias y a los monos que a los hombres”, escribe en su obra Demócrates, Altel: “Compara estas dotes de prudencia, ingenio, magnanimidad, templanza, humildad y religión de los españoles con las de esos hombrecillos en los que apenas se puede encontrar restos de humanidad, que no sólo carecen de cultura sino que ni siquiera usan o conocen las letras ni conservan monumentos de su historia sino cierta oscura y vaga memoria de algunos hechos consignada en ciertas pinturas, carecen de leyes escritas, y tienen instituciones y costumbres bárbaras”.

Sólo quien pudiera adaptarse al ideal semita-griego del varón blanco erudito indogermánico adulto, podría ser llamado plenamente humano o humana. Este ideal occidental de lo humano domina hasta hoy día en lo que se considera las humanidades y los esquemas mentales de superioridad y de blancura. Este proceso de asimilación cultural y civilizatoria ha impregnado generaciones de intelectuales latinoamericanos, africanos y asiáticos quienes han pasado por el ojo de la aguja de la occidentalización, y el blanqueamiento, para encontrarse en un anatropismo cultural y filosófico total.

Ahora bien, Memmi (1971) contribuye a este análisis con una impactante descripción sobre la influencia del proceso colonial sobre los individuos, donde explica que para que el proceso de colonización  fuera completamente efectivo,  el colonizador define como debe ser colonizado y explica o justifica las razones por las cuales le han  oprimido y/o  esclavizado, describiéndole  negativamente, generalmente  con adjetivos como: Perezoso, ocioso o inferior y  que se utilizan con mucha frecuencia a la hora de señalar al oprimido.

Es tan impactante la manipulación utilizada en la psique del colonizado , que llega a internalizar la creencia de que ciertamente es un ser inferior, o de que todo las características negativas que se describen de él son realmente ciertas y valederas, por lo cual se vuelve sumiso y se hace obediente a las reglas y leyes impuestas por el colonizador y hasta llegar a creer que estos son Dioses o mandados por deidades a cuidarlos, y  hasta olvidan su propio pasado e historia y se someten a su nueva forma de vida bajo la dominación del colonizador. Para Elias (1979)La civilización no es racional, y tampoco es irracional, sino que se pone y se mantiene ciegamente en marcha por medio de la dinámica propia de una red de relaciones, por medio de cambios específicos en la forma en que los hombres están acostumbrados a vivir” la cual puede ser condicionada por el acontecer sociopolítico de la clase dominante coloniadora.

De tal modo, Fanón (1986) refirió de forma muy elocuente las consecuencias del colonialismo sobre los pueblos, se puede observar en sus trabajos la idea de la desvalorización del pasado de los pueblos colonizados y esto tiene consecuencias negativas sobre la autovaloración del sujeto. Como lo menciona el mismo, en el proceso colonial todo lo relacionado al pueblo colonizado se desvalora y hasta es olvidado y desaparecido, refiriéndonos a historia, creencias, religión, idioma y hasta las más elementales costumbres y formas de vida, para ser sustituidas por nuevas formas impuestas por los colonizadores, debido a que ellos se consideraban un modelo de perfección a seguir.

Se puede concluir , al estudiar estas ideas , que tanto Fanón como Memmi, concuerdan en que el proceso de colonización tiene como propósito la desvalorización del colonizado y lo presenta como un ser inferior y esto ocurre tanto a nivel individual como grupal y nacional. Por supuesto las identidades individuales y nacionales se ven profundamente afectadas en el rechazo a las características y conductas individuales y grupales y así también a las emociones y subjetividades asociadas al sujeto y a la comunidad a las cuales pertenece, deformando profundamente su identidad.

Lo más preocupante de esta situación,  no es solo que fue impuesta, es que con el pasar del tiempo se fue interiorizando tan profundamente en el colonizado que finalmente este lo acepta como única verdad y lo trasmite de generación en generación, tanto de forma individual como grupal y por eso el sentimiento de inferioridad que aún prevalece en las diferentes identidades latinoamericanas y que se observa con preocupación y tristeza en los sujetos que migran a otros países en busca de satisfacción de necesidades básicas, aun cuando tenga niveles diferentes de preparación personal este no solo permite que lo traten de manera despectiva, humillen y se aprovechen de él, sino que lo acepta porque sigue creyendo desde su subjetividad que lo merece.

En este sentido se finalizará realizando una importante reflexión del discurso decolonial de Maldonado a través de sus tesis y se analizará la tesis numero 5 engranándola a los temas de Identidad Individual, Identidad regional e Identidad Nacional. De esta forma, Maldonado (2007), realiza un resumen sobre los aspectos colonial/decolonial y los explica de forma clara en 10 tesis, donde se puede observar la presencia de movimientos juveniles en búsqueda de una “Educación Libre y descolonizada”, y no solo la lucha es planteada para la descolonización de la Universidad, sino que contemple la descolonización de la Sociedad. Maldonado nos refiere: La identidad y actividad humanas (Subjetividad), se producen y desarrollan en contextos que tienen un funcionamiento producto del proceso del poder, unas nociones del ser y unas concepciones del saber. La colonialidad del saber, del ser y del poder, incluye dentro de los componentes básicos del ser la concepción del sujeto encarnado.

También nos comenta Maldonado que el sujeto-objeto y método son términos que sirven como herramientas clave en la concepción modernidad/colonialidad del conocimiento y es a través de esta estructura que se puede criticar y generar una concepción decolonial del conocimiento y de la intuición, al igual que la estructura del poder tiene 3 elementos principales: estructura, cultura y sujeto. Esta comprensión del poder es profundamente inspirada en el concepto de Sociogenia de Fanón, quien señala la importancia del nexo entre la cultura y el reino subjetivo y cree que cualquier desalienación efectiva debe tener.

Continuando con la Tesis de Maldonado donde menciona que las emociones cumplen una función importante en el desarrollo de la identidad. Esto se ve reflejado como por ejemplo en el deseo de pertenencia y valoración del grupo al cual se pertenece, por ejemplo, una persona que se siente parte de un grupo nacional. Esto se socai alo establecido por Berguer y Thomas (1994) “La realidad social de la vida cotidiana es pues aprehendida en un contínuum de tipificaciones que se vuelven progresivamente anónimas a medida que se alejan del "aquí y ahora" de la situación "cara a cara".(p.23)  En un polo del continuum están esos otros con quienes me trato a menudo e Este sujeto, desarrolla una identidad que desea de forma positiva, así como también puede suceder que, si no se identifica con ese grupo, pueden sentir emociones negativas y es tanto así que pueden buscar pertenecer a nuevos o diferentes grupos con las que se identifica aun cuando no compartan características de su grupo de procedencia. Lugar entre lo subjetivo y objetivo. Y por supuesto culmina Maldonado refiriendo que la aproximación al ser tiene además 3 elementos que son: el tiempo, el espacio y la subjetividad. Todo lo que existe se hace en un tiempo y espacio determinados a su vez esto implica la subjetividad del individuo o sujeto.

En la obra  “Piel negra, Macaras blancas” de Fanón, el autor ofrece elementos cruciales para descolonizar las áreas del poder, del ser y del conocimiento y de la subjetividad, la sociedad y las ciencias humanas. Fanón distingue al sujeto como producto generador de la estructura social y la cosmovisión entera de un tiempo. En otra obra “Los condenados de la tierra” El autor se refiere al sujeto desde una posición estructural y subjetiva similar a la del “Damnes”, palabra que se refiere al proletariado mundial con Fanón este concepto adquiere un nuevo significado y el sujeto aparece ahora en el punto decisivo de la colonialidad del poder, la colonialidad del conocimiento y del ser. Y esto es lo que crea finalmente la línea entre lo humano y lo no-humano. Es aquí donde el mundo donde la paz perpetua se considera una posibilidad y ya no siga definido como una guerra perpetua. Así como también el ser, el tiempo, el espacio, la cultura, la estructura, el método y las concepciones de la subjetividad y objetividad e pueden transformar a través del conocimiento.

A razón de esto, Maldonado (2007). Nos refiere: La identidad y actividad humanas (Subjetividad), se producen y desarrollan en contextos que tienen un funcionamiento producto del proceso del poder, unas nociones del ser y unas concepciones del saber. La colonialidad del saber, del ser y del poder, incluye dentro de los componentes básicos del ser la concepción del sujeto encarnado. Por lo tanto, la descolonización no se trata, de la obtención del reconocimiento de los sujetos y de sus estructuras de poder, sino del desafío y subversión de los términos en los cuales la humanidad sea definida y se admita la subjetividad del ser expresándose en amor y entendimiento del uno con el otro. De acuerdo con Dussel (1977) “Anterior al mundo está el pueblo; anterior al ser está la realidad del otro; anterior a toda anterioridad está la responsabilidad por el débil, por el que todavía no es” ( p.32) .Pero para esto se requiere reformulación y aplicación de nuevas formas de pensar, aparición de una nueva filosofía entendida desde el punto de partida decolonial, no tanto como una nueva disciplina, sino como la oposición mantenida de forma fehaciente a la colonialidad, así como también promover nuevas formas de amor y comprensión que abran caminos hacia una inter-relación abierta y encarnada en lo humano.

Al respecto, Herrera Luque hace referencia a una carga Psicopática heredada y que a ella le debemos la gran cantidad de homicidios y hechos de sangre además algunos problemas que afrontamos en nuestra vida social y que tiene su origen por esta carga de agresividad heredada de los primeros conquistadores españoles del siglo XXVI y XVII. Estas referencias pueden ser completamente ciertas si se recuerda que muchos de estos conquistadores fueron sujetos indeseables socialmente y muchos de ellos cumplían hasta cárcel y se les ofreció la oportunidad de obtener su libertad aceptando realizar el viaje hacia la conquista de nuevos territorios con un futuro realmente incierto.

De tal modo, no encontramos saber , cuál es realmente nuestra propia identidad, cual es nuestra manera más legitima de ser, de pensar y de sentir, que hemos heredado a través de los cientos de años que han transcurrido desde la colonización hasta nuestros días, si bien es cierto que fue a través del mestizaje que obtuvimos diferentes genes que nos dan rasgos físicos fenotípicos diferentes pero también pudimos haber heredado genotipos internos bueno y malos, que nos han dado según algunos trabajos de investigación social esos rasgos de conducto agresiva y violenta.

 

Conclusiones

La colonialidad, representa una gran variedad de fenómenos que abarcan toda una serie de fenómenos que tienen una característica común: la determinación y dominación de uno por otro, de una cultura, cosmovisión, filosofía, religiosidad y un modo de vivir por otros del mismo tipo. En sentido económico y político, la colonialidad es el reflejo de la dominación del sector extractivo, productivo, comercial y financiero de los estados y sectores neo-colonizados por parte de los países industrializados, lo que lleva a la dependencia y del desarrollo del sub-desarrollo, la sub-alternidad y marginalidad de las neo-colonias frente al dominio de los imperios dominadores. La potencia colonizadora no sólo ocupa territorio ajeno y lo cultiva, sino que lleva e impone su propia cultura y civilización, incluyendo la lengua, religión y las leyes.

Mientras que colonización es el proceso (imperialista) de ocupación y determinación externa de territorios, pueblos, economías y culturas por parte de un poder conquistador que usa medidas militares, políticas, económicas, culturales, religiosas y étnicas, colonialismo, se refiere a la ideología concomitante que justifica y hasta legitima el orden asimétrico y hegemónico establecido por el poder colonial. Maldonado en su discurso nos incita a que esta filosofía debe comenzar con un cambio de actitud hacia el contexto colonial/modernidad. Y afianzar la actitud hacia lo decolonial de abandonar y alejase de esa catástrofe que profundiza en el comportamiento no-humano y justamente es dar un giro hacia la restauración de lo subjetivo y material de índole humano. Y su naturaleza humana.

De aquí la gran tarea de los filósofos en orientar hacia una actitud decolonial, implementando la creación de condiciones para el amor y la comprensión y crear un mundo digno de ser anhelado y vivido por todos los individuos de las diferentes nacionalidades del mundo. Autores como, Aníbal Quijano forman parte importante de la corriente de pensamiento cuyo quehacer ha estado comprometido con la construcción de un nuevo orden social que sea realmente democrático e igualitario. En este sentido, no solamente se ha preocupado por comprender intelectualmente hacia donde nos estamos dirigiendo, sino también su reflexión se ha orientado en el sentido de evaluar las características del tipo de sociedad hacia donde queremos dirigirnos, y a examinar

Agradecimiento

A mi casa de estudio “Universidad de Carabobo.

Conflicto de intereses

No se reporta conflicto de intereses.

 

Referencias

Berguer, P y Thomas, L. (1994). La construcción Social de la Realidad. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina. https://redmovimientos.mx/wp-content/uploads/2020/07/La-Construcci%C3%B3n-Social-de-la-Realidad-Berger-y-Luckmann.pdf

Dussel, E. (1977). Filosofía de la Liberación. EDICOL. 1 e. Mexico https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/otros/20120227024607/filosofia.pdf

Elías, N. (1979). El proceso de la civilización, Investigaciones Socio genéticas y Psicogénicas. México. Fondo Cultural de Economía. 582P.  https://ddooss.org/libros/Norbert_Elias.pdf

Fanón, F. (1986). Los condenados de la tierra. Colección Popular Tiempo Presente 47. Fondo de Cultura Económica. México. https://monoskop.org/images/a/ac/Fanon_Frantz_Los_condenados_de_la_tierra_1965.pdf

Fishman, J. (1949). Sociología del Lenguaje. Ediciones Cátedra S.A. Madrid, 59 P. https://lecturayescrituraunrn.files.wordpress.com/2016/02/fishman.pdf

Gareis, I. (2005 b). La religión popular y la etnicidad. La población indígena de la Lima Colonial. Lima: Perú. Allpanchis. (40): 117-159. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8462354

Gareis, I. (2005 a). Las religiones andinas Estructuras y Procesos. Religión. TROTTA. 384 P.  https://www.trotta.es/libros/religiones-andinas/9788481647112/

Hall, S. (2003). The Local and the Global: Globalization and Ethicity End A.D. Binghamton, N.Y. State University of New York. https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Lo-local-y-lo-global.pdf

Herrera Luque, F. (1979). Los Viajeros de Indias. Monte Ávila. Caracas: Venezuela. https://books.google.co.ve/books/about/Los_viajeros_de_Indias.html?hl=es&id=2M8JAQAAIAAJ&redir_esc=y

Hill, J (1996). History, Power, and Identity: Ethnogenesis in the Americas, 1492-1992.  Iowa City, IA: University of Iowa Press. 1-19. https://scirp.org/reference/referencespapers?referenceid=1400832

Maldonado, N (2007). Against War: Views from the Underside of Modernity. Durham: Duke University Press. https://www.dukeupress.edu/against-war

Memmi. A. (1971) Retrato del Colonizado. Cuadernos para el Dialogo. Madrid 231 P. https://enriquedussel.com/txt/Textos_200_Obras/Giro_descolonizador/Retrato_colonizado-Albert_Memmi.pdf

Millones, L. (1987). Historia  poder en los Andes ancestrales. Alianza Editorial. Madrid, España. 208 P.

Montero, M (1997) Ideología Alienación e Identidad Nacional. Caracas Venezuela. Ediciones de La Universidad Central de Venezuela . Caracas: Venezuela. 187 P.

Morris. M. (1995). Puerto Rico. Cultura, política e identidad. Revista de Ciencias Sociales. 209-214. file:///D:/Users/Admin/Downloads/manager,+a10.pdf

Osterhammel, J. (1997). La transformación del mundo : Una Historia global del siglo XIX. Barcelona, Crítica, 2015 (trad. de Gonzalo García), 1608 P. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id={{articulo.cveArticulo}}

Pietschmann, H. (1980). Die staatliche Organisation des kolonialen Iberoamerika (Hand-buch der Lateinamerikanischen Geschichte. Teilverˆffentlichung). Stuttgart: Klett-Cotta. https://www.researchgate.net/profile/Horst-Pietschmann-2/publication/262378782_Horst_Pietschmann_Die_staatliche_Organisation_des_kolonialen_Iberoamerika_Handbuch_der_Lateinamerikanischen_Geschichte_Teilveroffentlichung_Stuttgart_Klett-Cotta_1980_188_pp/lin

Quijano, A. (2014). Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina", en E. Lander (Comp.) La Colonialidad del Saber: Eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. CLACSO, Buenos Aires 777-832. https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140507042402/eje3-8.pdf

Salazar, J. (1986). Cambio y Permanencia creencias y actitudes hacia lo nacional. Boletín de Aviso 11 N ° 2-3.

Salazar, M. y Salazar, A (1998). Estudios recientes acerca de identidades nacionales en America Latina.  Psicología Política, (16): 75-93. https://www.uv.es/garzon/psicologia%20politica/N16-4.pdf

Viso, A. (1982). Venezuela: Identidad y ruptura. Editorial A Editorial Alfa. Caracas: Venezuela. 146 P.

Zúñiga, M. (2007). Subjetividad; Cultura; Patriarcado; Conquista; Guerra; Ecuménico de Investigaciones  : https://biblioteca.clacso.edu.ar/Costa_Rica/dei/20120706030658/juan.pdf